martes, 19 de octubre de 2010

Estaba clarinete que los 33 iban a salir...


Me sorprendió realmente mucho que haya pasado todo ese gran reality show a nivel mundial y en ningún momento se haya puesto en tela de juicio las condiciones en que trabajaban esos mineros.

Ya en los años 50 un joven Ernesto Guevara lo relataba en sus diarios de viaje.

Hoy, casi 60 años después, luego de meses de tener toda la prensa encima nadie se dignó a analizar cuestiones latentes en esa zona. Para empezar, eso era Bolivia. Una guerra injusta, como tantas otras, realizada allá por 1890, por intereses económicos (y estratégicos) determinó que esa región quedara en manos de Chile (y de paso le negara la salida al mar a Bolivia para pesar de todos sus surfistas).

Esa mina es de cobre. La mayoría de ese cobre se destina a la producción de armamento, y telecomunicaciones. Una proporción ínfima para hacer cacerolas dulceras.

No es la primera vez que ocurren accidentes en la zona. Varios de los presentes ya habían sufrido varios imprevistos, quedando atrapados o lastimándose partes del cuerpo. A un compañero le amputaron las piernas 3 meses antes.

¿Quienes son los dueños de esa mina? ¿Son chilenos? ¿Pagan impuestos? ¿Cuánto y como vuelve ese dinero al pueblo chi-chi-chi-le-le-le viva chile?

Quizás todo lo que escribo no sea del todo acertado. Y si lo es?

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